El personaje de Winnie the Pooh nace en el año 1926 con la obra del autor inglés A.A Milne y cobra forma a través de los dibujos de Ernest H. Shepard. Se convirtió en un éxito inmediato, con cerca de 200.000 copias en todo el mundo.
La hija de Walt Disney era una fanática de Winnie the Pooh, lo que hizo que el animador y director se interesara por las historietas protagonizadas por el personaje.
No obstante, la compañía tardó 30 años en conseguir los derechos de explotación de los libros.
Finalmente, la primera adaptación cinematográfica llegó en el año 1966 con el cortometraje ‘Winnie the Pooh y el árbol de la miel’ (‘Winnie the Pooh and the Honey Tree’), de la mano de la Factoría Disney.
‘Winnie the Pooh en el bosque encantado’ (Winnie the Pooh and the Blustery Day, 1968) ganó el Oscar al Mejor cortometraje de animación.
El galardón sirvió para compensar el trabajo de un gran equipo de animadores que realizó unos 100.000 dibujos de los personajes y empleó más de un millón de lápices en el proceso.
Los cuentos protagonizados por el osezno han sido traducidos a más de cincuenta idiomas diferentes, y sus películas se han exportado a más de 38 países.
El niño amigo de los personajes del bosque toma directamente su nombre del hijo del escritor, Christopher Robin Milne.
En su primer cumpleaños, el escritor regaló a su hijo Christopher un oso de peluche de la compañía Harrods que posteriormente le serviría de inspiración en sus relatos.
‘Adiós Christopher Robin’, protagonizada por el actor Domhnall Gleeson (‘El Renacido‘) y dirigida por Simon Curtis, narra la vida del escritor A.A. Milne.
En realidad, el Winnie the Pooh que sirvió de inspiración al escritor era una entrañable osita parda que fue encontrada en una ciudad de Canadá llamada Winnipeg por el soldado y veterinario Harry Colebourn en 1914.