La dinámica de la pandemia de COVID-19 ha tomado un giro en los últimos meses en el mundo debido a la aparición de variantes que han predominado en los contagios, lo que ha ocasionado una nueva saturación de los sistemas sanitarios.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) explicó que la aparición de mutaciones dentro del proceso de evolución de un virus es natural y el SARS-CoV-2 no está exento de esto. Estas mutaciones también permiten definir los grupos genéticos virales o linajes. En el mundo se han registrado más de un millón de secuencias genómicas de este virus, y hasta el 13 de abril en América se habían publicado 187.705 genomas correspondientes a 38 países. A Ecuador corresponden 132 en la plataforma Gisaid.
El Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), el Centro de Investigaciones de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) se encargan de la vigilancia genómica en el país.
Al conjunto de mutaciones también se las han denominado variantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio definiciones operativas para estas dividiéndolas en variantes de interés y otras de preocupación.
En Ecuador se han identificado dos de las tres variantes de preocupación, estas son B.1.1.7 (Reino Unido) y P1 (Brasil). Ambas son señaladas de transmisión comunitaria, pese a que la última fue detectada en las últimas semanas en Loja y Portoviejo.
La variante británica fue identificada en Reino Unido a finales del 2020. Como una de las características que tiene es la mayor transmisibilidad y probable aumento en la gravedad debido a la tasa de hospitalización. Tiene las mutaciones E484K, S494P, N501Y, A570D, D614G, P681H en la proteína espiga que permite la unión del virus con las células, de acuerdo a los Centros para el Control y la prevención de las Enfermedades (CDC).
En cambio, la variante brasileña también es señalada de mayor transmisibilidad y puede propiciar las reinfecciones, ya que puede llegar a burlar el sistema inmunológico. Las mutaciones en la proteína espiga del virus son K417N/T, E484K, N501Y, D614G.
En el primer trimestre del año, la UEES reportó la circulación de la variante de interés B.1.526 (Nueva York) en Guayaquil, cuyos efectos aún se analizan, ya que tendría marcadores genéticos que afecten la transmisión o tratamientos. Tiene las mutaciones E484K, Q677H, F888L, D235G.
También ya fue confirmada en Loja a través de un trabajo en conjunto entre la USFQ, la Universidad Tecnológica Particular de Loja (UTPL) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.
De acuerdo al portal Gisaid, además de las variantes antes mencionadas, las secuencias también han arrojado linajes comunes en los últimos cuatro meses, como B.1.1.348, B.1.1.411, B.1.1.1, entre otros.