Aparecen sobre todo en épocas electorales o cuando sucede alguna tragedia, como terremotos o asesinatos, pero en general las informaciones falsas, también conocidas como fake news o noticias falsas, están siempre llegando a nosotros.
Pero, ¿por qué llegamos a creer en informaciones presentadas como noticias reales pero que finalmente no son ciertas? Existen algunos factores, como menciona El Diario, que cita por ejemplo cómo en 2016 un hombre llegó armado a una pizzería de Washington a ‘salvar’ a unos niños secuestrados por la entonces candidata Hillary Clinton.
La información era falsa pero tal fue su nivel de incidencia, que se llegó al extremo de motivar a este hombre a llegar armado para terminar con el falso secuestro.
Pese a eso, 46 % de las personas que votaron por el actual presidente Donald Trump aún creen que los menores realmente estuvieron secuestrados por Clinton.
¿Por qué creemos en las informaciones falsas?
Existen algunas características que facilitan a las informaciones falsas ser consideradas ciertas por quienes las consumen en redes sociales o plataformas de chat.
Entre las principales se encuentran:
Error de atribución
Basta un titular falso para que nuestro cerebro relacione cualquier información con las fake news. El Diario cita un ejemplo: si leemos un contenido falso que asegure que los inmigrantes reciben beneficios, empezaremos a desarrollar cierta reacción hacia ellos y los contenidos sobre inmigración.
Una mentira repetida mil veces…
El personaje de cuentos Pinocho es conocido porque al mentir le crece la nariz sin parar (Cortesía)
…se convierte en verdad. Así dice el refrán. Y en cierta forma es cierto. Cuando una información falsa es difundida con mucha frecuencia, quienes las consumen pueden llegar a creerlas. El Diario menciona el efecto Mandela, como se conoce a la creencia de que el expresidente sudafricano Nelson Mandela falleció en la cárcel en la década de los 80, cuando en realidad murió en su casa en 2013.
Creemos lo que nos gusta o conviene
(Cortesía)
¿Usted está en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo? Entonces podría creer que los hijos de estas parejas tienen más depresión y ansiedad, cuando en realidad no es así, según estudios.
«Las noticias falsas apelan a las emociones, sobre todo a las negativas, como el miedo, la indignación, el asco o la tristeza. Se ha comprobado que cuando una noticia produce emociones de cualquier tipo, es más fácil creerla», añade la publicación.
El principal consejo para evitar caer en los bulos de las informaciones falsas, es preguntarnos de dónde proviene y quién es la fuente. Además, si tiene vínculo, ¿corresponde a un sitio creíble o a un medio confiable? Si luego de responder estas preguntas no estamos seguros, es mejor no difundir ese contenido y acudir a un sitio web oficial. (I)