Decía Frank Sinatra que Chicago era su estilo de ciudad. Lo mismo puede decir Saúl “Canelo’’ Álvarez de Las Vegas, que se ha convertido en una especie de bastión inexpugnable, desde aquella lejana derrota contra Floyd Mayweather Jr.
Canelo regresa este sábado a la joya del desierto para combatir contra uno de los púgiles más completos y menos reconocidos del momento. Daniel Jacobs tiene las habilidades y el talento para ganarle, pero está en el sitio equivocado.
Desde que la jueza CJ Ross viera un empate contra Floyd, desde que Adalaide Byrd le concediera 10 rounds en la primera pelea ante Gennady Golovkin, pasando por el controversial triunfo sobre Erislandy Lara, Canelo ha recibido el beneficio de la duda.
No estoy diciendo que exista un plan secreto para proteger al mexicano a toda costa por el negocio que significa para Las Vegas, sino que desde un punto de vista subjetivo algunas votaciones dan qué pensar, invitan a la duda. Eso no lo puede negar nadie.
Por el respaldo del público y las conexiones comerciales, Canelo es el favorito de la casa. Sin dejar de reconocer que es un gran boxeador, que ha venido creciendo en experiencia y boxeo. Alvarez se encuentra en el pico de su carrera.
Jacobs lo tiene bastante difícil. Creo que es mejor guerrero, con más herramientas a su disposición, aunque con menor pegada. Muchos le vieron ganar a Golovkin, superó al feroz Serguey Derevyachkenko, casi retiró a Peter “Kid Chocolate’’ Quillin.
Su historia es la de un renacimiento, la de alguien que estuvo a punto de morir a causa de un cáncer y supo levantarse de sus cenizas para ascender al cielo del boxeo. Ciudadano modelo –al igual que Alvarez-, no necesita de obscenidades para venderse y vender sus peleas.
Pero su suerte está echada. No viene a Las Vegas desde el 2010, cuando perdió contra Dmitry Pirog. Este no es su pueblo, no es su gente. Aquí resulta un extraño que camina encima de un campo minado, un advenedizo que sábe lo que quiere, pero no la manera de alcanzarlo.
Sería un milagro que Jacobs se impusiera por nocaut. Canelo es muy fuerte y si en par de ocasiones le resistió el golpe a Golovkin, también lo hará en esta ocasión. De hecho, ambos pasaron las combinaciones del kazajo. Hay poder de fuego, pero igual de asimilación.
Lo único que le queda a Jacobs es superar en boxeo a Alvarez. Frustrarlo con sus manos y moverse de manera inteligente. Lara lo hizo y casi logra una victoria antes de ser negado con una decisión dividida. El cubano siempre repite un consejo a todos los rivales del mexicano: “no dejes que la pelea llegue al final. Busca el nocaut antes de que te roben’’.
Si no lo derriba, ¿entonces qué esperanza le queda a Jacobs? ¿Cómo serán votados los rounds cerrados? Recordemos que los tres jueces asignados fueron los mismos de Canelo-GGG II. Están muy familiarizados con el Canelo. Solo digo.
Para usar el verbo más usado en Las Vegas, la ciudad va a “apostar’’ por Saúl Alvarez.