La obra se levantó sobre suelos inestables. El colapso de un talud en diciembre agravó la situación que fue analizada por una consultora de EE.UU. con el aval de la ONU.
La Fiscalía y la Contraloría procesan el caso. Las alarmas en la Terminal Challuabamba del Poliducto Pascuales-Cuenca (Azuay) se encendieron el pasado 4 de diciembre.
Un talud se llevó consigo una piscina para derrames y un canal de emergencia ubicados a 20 metros de las esferas que procesan gas licuado de petróleo. Esto obligó a las autoridades a declarar en emergencia parcial a la infraestructura que literalmente se hunde.
Las grietas y los hundimientos
son visibles a cada paso. Levantarla para que alcance estándares
internacionales puede llegar a costar al Estado $ 48 millones en el mejor de
los escenarios. No obstante, el precio se puede incrementar hasta los $ 201
millones.
El monto de inversión se definirá en abril, luego de un
estudio que actualmente realiza la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
Analiza las opciones para “atacar” los problemas indicó este miércoles 9 de enero, John Ochoa, gerente de Transporte de Petroecuador, en una visita con los medios de comunicación al proyecto.
Dicha cifra se sumará a los $
623 millones que ya se gastaron en la anterior administración del país. El viceministro
de Hidrocarburos, Patricio Larrea, calificó a ese monto como un “sin sentido”.
Fuente: El Telégrafo