“Causa de la muerte: neumonía por COVID-19″. Esas tres palabras en el certificado de defunción se remarcan con dolor en la mente de Édgar. Él perdió a su papá de 62 años el pasado jueves en un hospital privado en el sur de Guayaquil. Su progenitor es uno de los más de once fallecidos diarios que la Mesa Técnica de Salud del Municipio reporta a causa del virus que sigue rompiendo familias.
Édgar comentó que creen que un familiar cercano contagió a su padre y que por más cuidados que tuvieron fue imposible evitar que se enfermara, ya que trabajaba como taxista y la exposición que tenía era muy alta. Al igual que él, otros familiares de pacientes en exteriores de hospitales y afuera de cementerios lamentan que la pandemia siga afectando a guayaquileños y “adelantando” la partida de sus seres queridos.
Ellos indicaron que, ante este panorama de “nunca acabar”, consideran que lo viable o una pronta solución es empezar a vacunar a gran parte de la población, para que así sean menos los enfermos y las víctimas de la agresividad del virus.
De ese pedido también se hacen eco los representantes de fundaciones de pacientes de diversas patologías en Guayaquil. Una de ellas es Francisca Reinoso, presidenta de la Fundación Esperanza y Vida de Guayaquil. Ella explicó que necesitan con urgencia la atención del Ministerio de Salud para coordinar la vacunación de los pacientes catastróficos que padecen de diálisis, cáncer entre otros males, en Guayaquil.
Dora García, presidenta de la Asociación de Pacientes Renales Caminando Hacia la Luz, comentó que al momento los pacientes renales y trasplantados viven en tensión ante el alza de casos de COVID-19. Y que muchos han caído en situación económica crítica porque han dejado de trabajar para cuidarse en su casa porque al contagiarse podrían tener mayor riesgo de morir.
Óscar, paciente trasplantado de riñón de 36 años, comentó que él tiene muchos riesgos al salir, al tener contacto con personas que no saben si tienen COVID-19 y por ese motivo no se encuentra trabajando.
“No trabajo justamente para evitar exponerme mucho a la multitud. Con esto no quiere decir que no salgo, tengo que ir a alguna diligencia o trámite personal lo hago con todas las precauciones para evitar contagiarme, pero sí necesitamos la vacuna para poder vivir con algo de tranquilidad”, comentó él.
Otra entidad que se sumó al pedido de vacunación fue la Fundación Hemofílica Ecuatoriana (Funhec). Su presidente, Javier Córdova, comentó que son 854 pacientes con hemofilia a nivel nacional, de alto riesgo, que están en situación de vulnerabilidad y que por su patología es necesario que ellos acudan a los centros médicos constantemente y se exponen mucho al contagio del virus.
“Queremos pedir al Ministerio de Salud y Municipio que se gestione lo más pronto, sin trabas, las vacunas. Los hemofílicos estamos siempre con sangrados internos, esperamos que nos tomen en cuenta”, comentó.
Por su parte, activistas que trabajan con personas con vulnerabilidad por pobreza piden también que se inicie una estratificación de quienes más lo necesitan. Julio César Goya, presidente de la fundación Juventud En Acción Ecuador (JEA-Ecuador), explicó que ellos trabajan en albergues y con personas de la calle.
“Yo trabajo con adultos mayores, ellos son personas delicadas, pero ellos salen a vender a diario, arriesgándose al contagio, a enfermarse, pero es porque mantienen a su familia, se mantienen ellos porque viven del día a día. Entonces sería fundamental que se dé paso inmediato a la vacunación de esta población”, explicó Goya.
La doctora Gabriela Arana explicó que es necesaria una comunicación directa y empezar a agilizar procesos, ya que se pierde tiempo valioso para salvar más vidas y la oportunidad de que grupos vulnerables, personal médico y todos los que están en primera línea puedan acceder a las vacunas contra el COVID-19.
Médicos también añadieron que estos meses serán cruciales para la vacunación, pues cada vez muchas personas pierden inmunidad y podrían volver a enfermarse. (I)