De las quince mesas que tiene el chifa Dinastía Sur, en Chimborazo y El Oro, para atender a sus clientes, apenas dos estaban ocupadas por comensales, la tarde del pasado martes.
Wen Chu, administrador de este local ubicado en el sur porteño, refirió que el panorama ha sido el mismo durante enero: pocos comensales, lo que ha generado ventas bajas.
El nerviosismo y temor que existe por el coronavirus, que surgió en Wuhan (China), han propiciado que la gente deje de acudir a estos locales que expenden platillos de la gastronomía asiática.
Esto incluso se agravó en las últimas dos semanas, por el caso sospechoso de un paciente de nacionalidad china con coronavirus, lo que fue descartado el pasado martes por las autoridades de Salud. Él tiene hepatitis B.
Chu refirió que en su chifa, durante enero, las ventas bajaron hasta en un 50 % respecto del último mes.
“Los fines de semana que siempre viene más gente, se llena más, la gente sale en familia, hubo pocas ventas. Este fin de semana hubo por lo menos la mitad de gente que viene regularmente”, manifestó el comerciante.
Víctor Peláez era uno de los comensales del sitio, el último martes. Pidió chaulafán especial y tallarín saltado para compartir con dos amigas.
“El problema es el desconocimiento de las personas sobre el virus. Piensan que comiendo comida china se pueden contagiar y es falso”, expresó.
En Bogotá y Rosendo Avilés, en el barrio del Centenario, el asiático Luo Ruihong atiende desde hace 18 años en su chifa Laihua China. Él mostró su malestar, pues las ventas en su negocio en enero bajaron hasta en el 70 %.
“La gente piensa que nosotros preparamos los platos con perros, gatos, iguanas, y no es así. Yo he perdido más de 300 pechugas de pollo los últimos días, muchas libras de camarón, eso yo no recupero”, explicó Ruihong.
Santiago Rivera, administrador del Palacio Verde, en Urdesa, reconoció que las ventas también disminuyeron al menos el 50 %.
“Que vengan a probar nuestro platos, mantenemos cuidado en la cocina”, dijo Rivera, quien se abastece solo con productos locales, como pollo, camarón, chancho, y otros.
En su local, ubicado en Víctor Emilio Estrada y Jiguas, todas las mesas permanecían vacías al mediodía de ayer. Allí, en días de movimiento habitual, la mayoría busca el chaulafán tradicional ($5,30).
A dos cuadras, en la calle Laureles, Vanessa Huang, del local Palacio de Oro, espera que pronto vuelva el movimiento de comensales.
En varios negocios también adelantaron los horarios de cierre por la escasez de los clientes. Por ejemplo, el Palacio Verde cierra dos horas antes de lo habitual, a las 21:30.
José Wonsang Amén, presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China, explicó que la noche del pasado martes mantuvo una reunión con varios propietarios de chifas, quienes coincidieron en que las pérdidas, durante enero, fueron del 70%.
“Yo creo que esa inasistencia de los clientes a los restaurantes orientales es por falta de información de a quienes les compete hacerlas. Pero no es porque la preparación de los platillos se la hace con productos locales”, dijo Wonsang.
Agregó que en varios locales, se ofrecen combos de platillos y hasta una disminución en sus precios, ante la baja clientela y la preocupación por las pérdidas económicas.
“Se está analizando las medidas a tomar para recuperar clientela”, manifestó Wonsang. (I)
Fuente: El Universo