Aunque la insuficiencia cardiaca terminal es un mal que afecta a muchas personas a nivel nacional, solo en el hospital Luis Vernaza, de Guayaquil, ya hay de cinco a diez personas con esta patología que empezarán cuanto antes una evaluación pretrasplante para determinar si es posible o no que integren una lista de espera.
Aquello se da porque desde este jueves, este sanatorio de la Junta de Beneficencia de Guayaquil está acreditado por el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Indot) para hacer trasplantes de corazón.
Así, el Luis Vernaza se convirtió en el segundo hospital (después del José Carrasco Arteaga del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, en Cuenca) certificado a nivel nacional para practicar estas cirugías de alta complejidad.
Desde el 2009, la casa de salud guayaquileña fue acreditada para trasplantes de hígado, córnea, riñones y tejidos.
María Candela Ceballos, jefa del Banco de Tejidos y coordinadora hospitalaria de trasplantes, dijo que es necesaria una evaluación pretrasplante para descartar que el paciente tenga alguna contraindicación, como enfermedades infecciosas, patologías asociadas o una edad muy avanzada.
“Luego de que culmina ese proceso, que puede llevar entre cinco y diez días, el paciente ya sabe si es apto o no para ingresar a la lista de espera. Tiene que esperar que aparezca un donante cadavérico compatible con él”, señaló Ceballos.
En el país, la Ley de Trasplante de Órganos aprobada en el 2011 establece en sus artículos 29 y 30 que todos son donantes a menos que manifiesten su voluntad contraria.
Actualmente, dijo Mauricio Heredia, director ejecutivo del Indot, nueve de cada diez ecuatorianos mantienen esa condición de donantes. Y eso ubica al Ecuador en el quinto puesto en la región después de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
“Estamos sobre Venezuela, sobre México, sobre Puerto Rico, etcétera”, indicó.
Durante la entrega de la certificación al Luis Vernaza, Heredia destacó que el sanatorio en los últimos dos años ha realizado 186 trasplantes de córnea, riñones, hígado y tejidos.
El funcionario refirió que para obtener la acreditación para trasplantes cardiacos los hospitales requieren tener una unidad de terapia intensiva equipada con tecnología.
“Y sobre todo la experticia y toda la formación académica de los médicos. No todos los médicos que operan, cirujanos cardiacos, pueden hacer trasplantes. Es uno de los trasplantes más complicados que hay”, remarcó Heredia.
El personal médico del Luis Vernaza se capacitó en el extranjero.
Ernesto Noboa Bejarano, director de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, destacó la innovación del hospital Luis Vernaza y dijo que para ello se requieren recursos, por lo que pidió el pago de la deuda que mantienen con el sanatorio el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el Ministerio de Salud Pública.
Esa deuda por atención a pacientes derivados de ambas instancias asciende a $120 millones. De esa cifra, agregó él, $75 millones adeuda el IESS y el Ministerio, la diferencia.
“Están en mora con nosotros. Una mora que es inconcebible, porque esta entidad tiene 132 años de trabajar por los más necesitados. De dar servicio en Guayaquil a todos los ecuatorianos”, enfatizó Noboa.
Sostuvo que el Ministerio de Salud sí audita las facturas adecuadamente, pero hay retrasos desde la cartera de Finanzas. Con el IESS, dijo, hay una deuda “vieja” y otra “actual”. (I)
Fuente: El Universo