Las estadísticas de la Policía Nacional y la Fiscalía estiman que 307 personas fueron víctimas de femicidio en los últimos cuatro años. El cuerpo de Érika fue encontrado hace dos años en un barranco de Píllaro (Tungurahua).
Estaba oculto entre fundas plásticas y sacos de yute. Ella se encontraba sin sus extremidades inferiores cuando los agentes de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased) levantaron el cadáver.
A Érika, madre de tres niños, la vieron con vida por última vez en Latacunga, junto con Edwin S., el padre de sus hijos. Aquel día se reunieron para retomar su vida de pareja. Luego se dirigieron hacia un bar y del lugar salieron a las 23:30.
Días después, la madre de la joven denunció formalmente su desaparición, pues temía lo peor para su hija, ya que Edwin en varias ocasiones la había amenazado de muerte.
Cuando la Fiscalía inició la investigación descubrió que Érika vivió en un entorno de violencia. A ella la estrangularon y cercenaron sus piernas. Finalmente, la Fiscalía determinó que Edwin S. fue el responsable de su muerte.
Ahora cumple una condena de 26 años por el delito de femicidio, en el Centro de Rehabilitación Social de Latacunga. Actualmente, los tres hijos de la pareja viven con su abuela y tíos maternos.
Según la Fiscalía y la Policía Nacional, en cuatro años 307 mujeres fueron víctimas de femicidio, es decir, hubo una asesinada cada cuatro días en el país. El 2017 fue el año en el cual se registraron más casos: 108. Guayas, Cañar, Pichincha y Manabí lideran las listas de provincias con mayores índices de violencia hacia el colectivo femenino.
De enero a octubre de 2018 se reportaron 49 víctimas. En comparación con el año anterior hay una reducción de 44%. Así lo señaló Diego Tipán, secretario de Seguridad del Ministerio del Interior.