Los gusanos fueron exhibidos en el coliseo Edmundo Valdez Murillo, del cantón Milagro, durante las festividades septembrinas de cantonización. A simple vista no lucen apetecibles, y menos aún si los vemos en movimiento, pero lo cierto es que en Archidona, provincia de Napo, los chontacuros continúan siendo un platillo típico que no solo degustan los locales sino también los extranjeros.
En general, para los indígenas de la Amazonía, estos gusanos que se desarrollan en el árbol de la chonta son un manjar que ha calado en el paladar de quienes visitan esta región del país.
No solo tienen propiedades alimenticias sino también medicinales. Los nativos aseguran que alivian la tos y el asma. Así también ofrecen varias opciones para comerlos: asados, cocinados o fritos, acompañados con salsa de cebolla, tomate, lechuga y yuca cocinada.
Otros los venden en las calles en pinchos. Estos animales nacen de las larvas que deposita el escarabajo negro en las palmas caídas de chonta, que durante un proceso biológico natural de tres meses evolucionan en orugas que son recogidas por los campesinos, que pueden obtener de 40 a 50 ejemplares. María Belén Yumbo tiene 14 años en el negocio de la alimentación y vende los chontacuros de distintas formas.
Ella tiene su restaurante La Casa del Maito Grande, que atiende desde las 07:00 en el remodelado patio de comidas típicas de la Amazonía, en el cantón Archidona. En su local, además de ofrecer el chontacuro, prepara la tilapia, maito de pollo o tilapia, cachama y bocachico, que pueden ser acompañados por una salsa de cebolla, tomate, lechuga y una jarra con agua de guayusa.
Existen tres clases de chontacuro destinados para el paladar, según Yumbo: el que nace en la chonta, el que se reproduce en la planta de meretel o en la shigua, sin embargo, el más apetecido es el primero de la lista. “Los gusanos tienen poder curativo para prevenir y sanar enfermedades respiratorias, por esa razón también son requeridos”.
Los que los han probado por una vez dicen que saben a grasa, pero otros simplemente argumentan que son sabrosos. Para verlos, ya no es necesario viajar a la Amazonía, pues son exhibidos y vendidos en otras provincias, especialmente en fiestas patronales y de cantonización. (I)
Fuente: El Telégrafo