Quito.- Dos temas preocupan a los sectores público y privado que acudieron al Pleno de la Asamblea para presentar sus observaciones a las reformas a la Ley de Comunicación, que arrancó su primer debate. Se trata de la distribución de frecuencias para radio y televisión, así como el impulso para los artistas nacionales.
Desde el gobierno, el ministro de Telecomunicaciones, Guillermo León, subrayó que no es necesario un concurso para otorgar los permisos de funcionamiento, porque “estamos en la posibilidad de tener más oferta que demanda”. Cree que basta una buena administración para garantizar el acceso igualitario.
Explicó que Ecuador tiene 22 zonas determinadas, de las cuales cuatro son las más críticas: Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato. En estas, según el Ministro, se registran 49 frecuencias, pero la capacidad, para todas las zonas, es para 100.
Guillermo León propuso se revise el artículo 106 de la Ley de Comunicación, relacionado con la distribución equitativa de frecuencias. Determina que se reserve el 33 % para medios privados, el 33 % para públicos y el 34 % para comunitarios.
El nuevo planteamiento del Secretario de Estado es que el 34 % se conserve para los comunitarios y el resto, el 66 %, para públicos y privados, sin división entre los dos, es decir, se les otorgaría a quienes cumplan los requerimientos contractuales y legales.
Otras posturas
Antes de la intervención del Ministro, expusieron sus puntos de vista Kléver Chica, de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión y Álvaro Rosero, de la Cámara de Medios.
Sugirieron que se incluya en las reformas una disposición transitoria para que aquellos medios que hayan cumplido los requisitos, en el concurso de frecuencias que fue suspendido por la Contraloría, se les otorgue los títulos habilitantes y en los otros se las revierta al Estado.
Héctor Jaramillo, en representación de los artistas nacionales, pidió se reconozca el trabajo de quienes se dedican a la composición y a la música, difundiendo la producción nacional, por muchas razones, entre ellas por el esfuerzo que realizan y porque “cuando calla en cantor, calla la vida”.