Quito.- Conocedoras de la medicina tradicional y herederas de este saber, las curanderas que se dedican a hacer las “limpias” acompañan este procedimiento con las aguas medicinales.
“Las aguas se dan dependiendo de qué tiene la persona; si tiene nervios o espanto se hace agua de valeriana, de claveles o de toronjil”, explica Leticia Lligüín, quien se dedica a este oficio en su espacio ubicado en la primera planta del mercado Diez de Agosto.
Rodeada de montes, flores y aguas, la mujer resalta que el conocimiento lo heredó de su madre, María Guartasaca, quien también trabaja en el mercado. Lligüín señala que estos conocimientos los adquirió desde su niñez por medio de su madre y de su abuela.
Todos los martes y viernes las curanderas reciben a cientos de personas que acuden en busca de una “limpia” y de las tradicionales aguas para curar sus dolencias.
Ellas se encuentran en sitios como la plaza Rotary o los mercados Diez de Agosto y El Arenal. (I)
Fuente: El Telégrafo