Casi 3.000 personas fallecieron en los ataques del 11-S, una tragedia que sigue dando forma a las políticas y la política estadounidense además de a la vida cotidiana en lugares como aeropuertos u oficinas, incluso aunque sea una presencia menos constante en la conciencia colectiva luego de 17 años.
Los estadounidenses conmemoran hoy el 17mo aniversario del 11-S con sombríos tributos, proyectos de voluntarios y un nuevo monumento a las víctimas luego de un año en el que dos ataques demostraron que la amenaza del terrorismo persiste en la mayor ciudad del país.
Se espera que miles de familiares de víctimas del 11-S, sobrevivientes, rescatistas y otros acudan al acto del World Trade Center, en Nueva York, mientras que el presidente, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, acudirán a Pensilvania y el Pentágono, respectivamente, los otros dos lugares donde los atacantes estrellaron aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001, en el atentado terrorista más letal en suelo estadounidense.
Trump y su esposa, Melania, participarán en una ceremonia en el memorial del 11-S ubicado en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania, donde el pasado sábado se inauguró la “Tower of Voices”. Pence asistirá a los actos del Pentágono, en Washington. Trump, un republican nacido en Nueva York, aprovechó el aniversario del año pasado para lanzar una dura advertencia a los extremistas y señaló que “Estados Unidos no puede ser intimidado”.