Diana Lapo tiene 28 años y creó una empresa de marketing digital y análisis de tendencias digitales y vio su crecimiento en coworkings, que son oficinas compartidas en un mismo espacio y que se promueven juntas.
A uno de estos sitios ella llegó hace dos años como emprendedora. Tras laborar diez años en empresas privadas decidió renunciar y especializarse en el exterior, regresó con el sueño de crear su empresa. Cuando volvió fue miembro de Invernadero Coworking (una empresa que ofrece espacios de coworking), durante un año y tres meses, allí mejoraron sus ingresos un 40%.
Con una mejor rentabilidad pudo tener una oficina en instalaciones propias, trabaja con sus dos socias, María Victoria Avilés y Andrea Lucas, a quienes conoció en el coworking. Juntas han dado más fuerza a sus tres marcas: Cactustrends, KoalaInsights y Cuarto Creativo.
En los coworkings se da la interacción de coworkes, se les llama así a los emprendedores, freelance, profesionales y microempresarios que son miembros. A las instalaciones solo llevan su computadora, allí tienen otros recursos tecnológicos, estructuras modernas de trabajo y pagan menos que en una oficina tradicional.
Cada vez hay más coworkings en sitios con alto movimiento comercial como La Puntilla (Samborondón), Urdesa y Los Ceibos (norte de Guayaquil).
En los sectores referidos hay coworkings porque se cuenta con acceso a servicios básicos, internet, vialidad, cercanía a entidades bancarias, entre otros factores que ayudan a facilitar el comercio de bienes y servicios, comenta el analista económico Jorge Calderón.
El analista dice que los coworkings atraen más a jóvenes de la generación millennials, que son los nacidos a partir de los 80 y gustan de tecnología, la independencia y la interacción en el ámbito laboral. “Va mucho con quienes quieren ser más libres en manejar su tiempo de trabajo, ocio con responsabilidad. Es una generación menos celosa, que le gusta compartir y recibir ideas para tener experiencia, en ese intercambio conocer si tal vez lo que le pasó a alguien le puede servir como hoja de ruta para lo que quiere hacer”, explica Jorge.
Es, además, una oportunidad para los recién casados que quieren emprender o para quienes perdieron su dependencia laboral y empiezan un negocio, ya que pueden encontrar espacios con buena ubicación, servicios y van a ahorrar en el pago de alquiler.
Costos
Se puede encontrar alquiler de espacios desde $ 100 mensuales.
Un profesional o un nuevo empresario que comienza en una oficina tradicional debe calcular el pago de arrendamiento del espacio, las expensas (alícuotas), energía eléctrica, el internet, mensajería, entre otros rubros. En los coworkings se hace un solo pago mensual, ocupa un espacio de trabajo ya sea privado o abierto, y en el valor que cancela están incluidos todos los gastos antes referidos de una oficina tradicional, y en el caso de ser necesario se facilitan áreas de reuniones y capacitaciones.
No hay restricciones de las marcas que ocupan estos espacios, pero en su mayoría son negocios relacionados con tecnologías, marketing y diseño gráfico.
Dick Vega Muñoz, corredor de bienes raíces y expresidente de la Federación Nacional de Corredores de Bienes Raíces, comenta que los coworkers obtienen un ahorro de alrededor del 60% cuando están en un sitio de coworking.
Dick cita, por ejemplo, el caso de un profesional o empresario que alquila una oficina tradicional, dice que puede pagar hasta $ 16.800 anuales, mientras que en un espacio de coworking tendría que gastar $6.000 en el mismo periodo.
Crecimiento
Pagar menos en alquiler, tener un lugar de trabajo con una mejor imagen y estar en un ambiente donde haya interacción y colaboración fueron los motivos principales que tuvo Daniela Santibáñez, diseñadora gráfica y emprendedora, para dejar hace tres meses una oficina en Miraflores (norte de Guayaquil) y ser miembro de Panal Coworking.
Ella es socia del emprendimiento Feliz diseño. “Mi crecimiento es considerable desde que llegué al coworking, porque uno se nutre en las relaciones con los compañeros, he tenido mejores ideas, hay facilidad para aprender, también he podido ampliar mi red de contactos y conocer nuevos socios en los eventos que organiza el espacio de coworking en el que estoy”, comparte Daniela, de 30 años.
Panal Coworking organiza un evento semanal gratuito y abierto al público que se denomina Evento Chiquito, charlas inspiracionales que se denominan Hive Talks, cursos de educación y conocimiento continuo para desarrollar nuevas habilidades.
Diana Lapo dice que entre los beneficios de un coworking están que enseña a focalizarse en el negocio, a crear nuevas conexiones y a trabajar en un ambiente colaborativo. “¡Son increíbles!, abren muchas puertas, te conectas muy bien. Es importante evaluar bien la comunidad que tiene el coworking para ver si puede impulsar tu línea de negocio”, comparte Diana.
Dick recomienda que antes de invertir, comprar o rentar hay que asesorarse con un corredor de bienes raíces, esto también se aplica en el caso de los coworkings.
Este tipo de espacios atrae tanto al consumidor como al inversionista.
Aldo Arellano, cofundador de Invernadero, afirma que invertir en coworkings es atractivo porque la rentabilidad por metro cuadrado es más alta que un giro de negocios de oficinas tradicionales, porque se diluyen los costos al momento de compartir recursos satélites entre todos los miembros, como pago de mensajero, personal de limpieza, recepcionista, entre otros.
“Además estar en el día a día abre las puertas a otro tipo de negocios relacionados con el desarrollo de comunidades”, dice Aldo.
En este sentido Invernadero ha dado asesoría a universidades con programas de emprendimiento.
Invernadero es una comunidad que tiene espacios, sala de reuniones y auditorio. Se fundó hace dos años y medio y tiene más de 60 miembros. En el sitio los coworkers pueden encontrar a otras personas que sean contactos de trabajo.
Otras empresas, en cambio, realizan proyectos en conjunto con los miembros. Semgroup, ubicado en Urdesa, tiene entre sus unidades de negocio un coworking externo. “Nuestro negocio no es inmobiliario, nuestro negocio son los proyectos de innovación que generamos en conjunto”, comenta María Isabel Reyes, innovative business developer.
Al momento trabaja con 30 coworkers. “Los coworkers que vienen a Semgroup son aquellos que tienen una idea de negocio, una start-up en marcha que necesita pulirse y potenciarse. Damos esa oportunidad, ya que somos una incubadora y aceleradora de negocios”, agrega.
Decoración y construcción
Sobre las tendencias actuales de la decoración de espacios y mobiliario de los coworkings se sigue el concepto de oficinas abiertas y si hay oficinas cerradas se diseñan con vidrio para mayor transparencia.
Los diseños de la decoración son minimalistas, es decir, con pocos elementos, además en estos sitios ya los papeles y archivos quedan separados debido a que la información está guardada en un servidor o en la nube, que es una plataforma digital de almacenamiento, comenta Joseph Hartmann, gerente general de Tamasa S.A., empresa dedicada a remodelaciones de oficinas y servicios de diseño.
Dick considera que al crearse esta nueva opción en el segmento de oficinas, el panorama inmobiliario se incrementa y por lo tanto sufre un cambio. “Los constructores deben, y de hecho están considerando, seriamente satisfacer este nuevo segmento de demanda, de tal manera que sin dejar de programar en sus proyectos el tipo de oficina clásica, optarán por construir también espacios abiertos con la infraestructura necesaria para esta nueva y creciente demanda”, añade el corredor de bienes raíces.
Jorge sugiere que entre los distintos espacios de coworking compartan experiencias y lleguen a agremiarse con la finalidad de aumentar sus fortalezas y también ampliar sus redes. (I)